
Ayer fue el típico día de compras, menos por que mis padres me compraron todo lo que quise, esa sudadera que tanto quería, y ahora me pertenece.
Tambien ha sido un día nefasto, me pasaron cosas que nunca desearía que les pasaran a nadie.
Las cosas son como son, y pasarán por algo... cosas del destino.
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