
Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta de que es ella quien tiene que encontrarnos a nosotros. Y eso pasará donde menos te lo esperes; en el instituto, en el supermercado, un día de fiesta, con una llamada telefónica, bajo la luz del sol o el brillo de la luna... Y cuando llega, descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino sólo es el principio de otro y lo único realmente importante es la persona que escoges para que camine a tu lado

